Internacional | 01/10/2024 07:33:00 a. m. | Adriana Ochoa
En medio de una creciente agitación en el sistema penitenciario ecuatoriano, marcada por una intensa búsqueda del prófugo Adolfo Macías, alias «Fito», el presidente Daniel Noboa declaró el Estado de excepción en el país andino.
Esta declaración coincide con recientes eventos de violencia, incluyendo la toma armada de un canal de televisión mientras transmitían un programa de noticias en vivo.
Dentro del escenario de dominio del narcotráfico en Ecuador, dos grupos criminales destacan: Los Choneros y Los Lobos. La prisión de Turi, ubicada en Cuenca a 461 kilómetros al sur de Quito, está bajo el control de Los Lobos, cuyos líderes operan incluso desde el interior de las cárceles.
Los Lobos han escalado en el mundo del crimen organizado en Ecuador, expandiendo sus operaciones más allá del narcotráfico. Este grupo delictivo ha diversificado sus actividades ilícitas para incluir la minería ilegal, la distribución de vacunas falsificadas y la trata de personas.
Según Max Campos, ex viceministro de Interior y analista de seguridad, esta transformación evidencia la capacidad de adaptación de Los Lobos a distintas formas de delincuencia.
Los Lobos también habrían sido los protagonistas de dos amotinamientos en el sistema penitenciario. Uno de estos eventos se relaciona con la huelga de hambre y la retención de guías en la cárcel de Turi, su centro de operaciones. Otra masacre tuvo lugar en la Penitenciaría del Litoral, considerada la prisión más violenta del país.
Este grupo criminal ha sido identificado como una fuerza poderosa en el crimen organizado ecuatoriano, mostrando su capacidad para adaptarse y expandir sus actividades delictivas más allá del narcotráfico, lo que representa un desafío significativo para las autoridades y la seguridad del país.
De acuerdo a información de El Universal. Aunque no se han confirmado heridos, este episodio se sumó a una jornada de violencia que incluyó más de 30 ataques en nueve provincias ecuatorianas, desde motines carcelarios hasta explosiones de vehículos y secuestros de policías.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, respondió declarando un estado de excepción por 60 días en todo el país, incluyendo las cárceles, y estableció un toque de queda de seis horas a partir de las 23H00 locales (04H00 GMT).