Sinaloa | 01/31/2024 04:12:00 p. m. | Ernesto Torres
Las historias que enlazan a las víctimas del camionazo son conmovedoras y pareciera que cada una de ellas es casi increíble; todos tenían planes por hacer, quedaron de verse con sus familias y algunos otros viajaron a reencontrarse con los suyos, sin pensar que sería su última vez juntos.
Hoy forman parte de esa lista de pasajeros no localizados o desaparecidos, y aunque la Fiscalía de Sinaloa no ha determinado que están en la lista de las víctimas mortales, sus familias ya comenzaron a realizarse las pruebas de ADN para avanzar en el proceso de identificación forense.
Desde la noche de ayer martes, luego del accidente, algunos se acercaron al centro del estado para solicitar que le dijeran dónde estaba su familiar que viajaba en el camión 502 de los autotransportes Norte de Sinaloa, pero al pasar las horas y no saber de ellos, decidieron comenzar el proceso de identificación. A algunos ayer mismo le tomaron las muestras de sangre por parte de laboratorio de genética del Estado.
Actualmente suman 24 sobrevivientes y 22 las víctimas mortales; es decir, cuerpos que fueron localizados calcinados dentro del autobús.
Pero también hay una lista extraoficial de al menos 20 personas (4 de Guasave y 16 de Los Mochis) que se encuentran en un estatus de desaparecidas, de quienes no se tiene información de su paradero y cuya familia mantiene una búsqueda desesperada a través de las redes sociales.
Y aunque mantienen la esperanza de encontrarlos con vida, ya se presentaron en las Vicefiscalías de las diferentes zonas para entregar material genético con el que se puede identificar a las víctimas.
Tal es el caso de Alfonso Palafox, hermano de Jorge Palafox, quien lamenta lo sucedido y con la voz entrecortada comentó a Luz Noticias que su hermano Jorge Palafox el próximo marzo cumpliría sus 42 años, que regresaba de Guadalajara a Los Mochis, en donde lo esperaban su esposa e hijos, dos adolescentes, y que lamentablemente tomó el camión 502 de los Norte de Sinaloa y hoy desconocen de su paradero, pues aunque acudieron a realizarse las pruebas de ADN, esperan con fe de encontrar lo con vida.
Comentó que la mañana de ayer martes encendió la radio y se enteró por el noticiero del accidente; para su sorpresa, era el mismo en el que viajaba su hermano y de inmediato se trasladó a Elota y estuvo ahí pegado al cordón mientras realizaban las periciales en el proceso de la extracción de los cuerpos calcinados, hecho que segura le dolía en el alma, pero debía presenciar.
Posteriormente fue atendido por la Fiscalía en donde le informaron que los cuerpos serían entregados en cada zona después de la identificación, además le dijeron que en un plazo máximo de cinco días estarán listos los resultados de las muestras genéticas.
Aunque hasta el momento no se ha dado a conocer un peritaje oficial, dijo que como familia exigen que se investigue, porque aun cuando la tragedia pudo haberse derivado de un accidente, en su experiencia como chofer pudiera haber una negligencia o descuido por parte del operador, un joven de alrededor de 25 años, y de quien se desconoce su paradero, pero que según la investigación que ha hecho por su cuenta, el chofer tiene antecedentes de conducir en exceso de velocidad.
El hermano de Jorge Palafox entregó este día su muestra para que le practiquen el ADN, y aunque asegura haber presenciado el momento en el que trabajaban en el asiento 36 donde viajaba su hermano, quiere pensar que él continúa con vida y que de esa manera lo van a encontrar, pues no le cabe en la cabeza la tragedia que enluta a muchas familias.
Pues dijo que apenas horas antes habló con él mientras estaba en Torreón, Coahuila, desde donde le marcó y quedaron en encontrarse en Los Mochis; ambos de oficio chofer de tráiler.
Comentó que por ahora esperará a que salgan los resultados del ADN, que se hagan los cruces con la información genética con los cuerpos que se localizaron calcinados en el autobús, y luego de realizar todo este proceso esperan que la Fiscalía deslinde de responsabilidades para saber quién debe hacerse cargo de la culpa; es decir, esperan que haya una responsabilidad en dado caso de que se trate de una imprudencia del chofer, para que la empresa se haga cargo de las indemnizaciones tanto de las personas fallecidas como de las personas lesionadas, y es que la gran mayoría de las víctimas estaban en unidad productiva.