Espectáculos | 02/06/2024 10:40:00 a. m. | Ingrid Mateos
Gina Montes, quien se ganó la simpatía de los espectadores al ser la bailarina en «La Carabina de Ambrosio» ha fallecido a los 71 años de edad en la Ciudad de Nueva York.
Regina Inés Barbosa Govea, nombre real de la escultural bailarina originaria de Brasil, recientemente había celebrado su cumpleaños el 11 de enero
El amor de Gina Montes por el baile empezó desde muy pequeña gracias a sus padres, el músico Milsiño Govea Pereyra y de su madre, quien era actriz de teatro y comediante.
Junto a sus dos hermanas formo un grupo de baile desde pequeñas, convirtiéndose en coreógrafas en varios programas de televisión de su país, para luego, ya adultas, convertirse en las famosas hermanas Montes gracias a su trabajo en el cabaret Coopeco.
Después de varios años decidió probar suerte en México, donde empezó a trabajar junto a Cesar Costa en el programa «Vamos a Cantar».
Fue tal su popularidad que rápidamente la contactaron para que participara en «La Carabina de Ambrosio» donde se ganó el amor del público, ya que aparecía bailando al inicio y al final del programa por 40 segundos. Como dato extra, la vedette bailaba un remix de la canción «Quartz», de la banda del mismo nombre.
Además de bailar, aparecía en los sketches junto a Beto el Boticario como la ayudante del mago, donde generalmente los trucos de magia eran fallidos o graciosos.
Al final, el mago siempre le dice «gracias» en inglés y ella contestaba «Denankyu», mezcla del inglés y español. Curiosamente, Montes no hablaba muy bien el español, por lo que aprovecharon esta singular oportunidad.
En el año 1985, el mundo del espectáculo se vio sorprendido por la repentina desaparición de Gina Montes de la vida pública. La prometedora bailarina tenía planes de regresar al escenario al año siguiente; sin embargo, un giro inesperado cambió su destino.
Resulta que en 1986, Montes, quien había mantenido una relación con el músico Carlos Macías, integrante de la banda del famoso cantante César Costa, estaba embarazada.
Optando por dar a luz en Brasil, Montes se vio obligada a cambiar de rumbo durante uno de sus viajes a Estados Unidos, cuando su médico le advirtió sobre los riesgos de continuar desplazándose.
Esta situación la llevó a establecerse temporalmente en la ciudad de Nueva York mientras aguardaba el nacimiento de su hija, perdiendo así su departamento y papeles en México.