Sinaloa | 02/06/2024 11:19:00 p. m. | Enrique Chan
Una carreta jalada por un caballo fue el primer transporte público que tuvo Mazatlán, una ciudad pequeña que no requería mucho transporte para trasladar familias; sin embargo, se volvió algo tan popular que hasta tienen dedicatoria en «El Corrido de Mazatlán», escrito por José Alfredo Jiménez.
Las «arañas» como se le conocía a este popular transporte, comenzaron a circular en Mazatlán desde la década de 1920 y fungían como transporte de carga y pasajeros, en las que era común ir al mercado y llevarse el mandado o simplemente para «maleconear» en ellas en una cita romántica.
Estos carruajes jalados por caballos a mediados del siglo XIX eran parte del día a día de nuestra ciudad, donde convergían con un mínimo tráfico de vehículos que eran propiedad de la clase alta de aquellos tiempos.
Este podría considerarse el primer vehículo turístico del puerto, mucho antes de las hoy mundialmente famosas «pulmonías» que se mantienen vivas, pero ya no como carruajes jalados con caballos, sino con camionetas con bancas y un toldo en la parte trasera, llamadas «aurigas».
En 1936 las personas que operaban las «arañas» crearon el sindicato de aurigas de Mazatlán; «auriga» es una palabra utilizaba en Roma para referirse al conductor de una biga, un vehículo jalado por 2 caballos.
Incluso en la cultura popular, hasta hace menos de tres décadas la gente llamaba arañas a las aurigas, por lo cual los mazatlecos entendían la referencia y si alguien te decía «consíguete una araña» sabían que se refería al transporte.
En 1974, el crecimiento de la ciudad obligó que el gobierno prohibiera el uso de esta clase de transporte en Mazatlán por el maltrato animal, la lentitud del mismo y los desechos que los caballos dejaban en la ciudad.
Por lo que se les dio la opción de motorizarlas a los miembros del sindicato para seguir funcionando, adaptando camionetas para continuar con el servicio.
Aunque estas dejaron de existir, las personas que se dedicaban a ello pasaron a manejar una auriga, y junto con las pulmonías se convirtieron en los vehículos típicos en Mazatlán, que lo diferencian de otros destinos turísticos.
En 2018, luego de muchos años de haber desaparecido, un particular pretendió regresar el uso de las «arañas» solo en el Centro Histórico; sin embargo, la movilización de ciudadanos y las leyes de protección animal se lo impidieron.
Este transporte ha pasado a la historia y su historia no se olvida gracias a que José Alfredo Jiménez las inmortalizó en una estrofa de su canción «El Corrido de Mazatlán», con lo que mucha gente ha podido conocer su historia o al menos preguntarse a qué se refiere cuando dice: «Y sin que olviden sus típicas arañas, Que lindo es todo lo que hay en Mazatlán».
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