Sinaloa | 03/05/2024 05:18:00 p. m. | Luz Noticias
El Puente Negro de Culiacán, una de las estructuras más emblemáticas de la ciudad, ha sido durante más de un siglo un símbolo de identidad para los culiacanenses y un punto de referencia importante en la historia local. Con sus imponentes arcos de acero negro, esta majestuosa obra se erige sobre el Río Tamazula, ofreciendo no solo un cruce vial, sino también un espacio de esparcimiento y belleza natural para residentes y visitantes.
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La construcción del Puente Negro inició en el año 1907, bajo la dirección del ingeniero George Stranahan, superintendente de la compañía Southern Pacific. Con un costo de medio millón de dólares, esta obra monumental fue completada en 1908 y oficialmente inaugurada el 28 de junio de ese mismo año, marcando así el inicio de su legado que está por alcanzar los 116 años.
A lo largo de su historia, el Puente Negro ha desempeñado un papel crucial en la conectividad y el desarrollo de Culiacán, sirviendo como parte integral del ferrocarril Sud Pacífico, que comenzó sus operaciones en 1909. Durante la Revolución Mexicana, el Puente Negro fue testigo de importantes eventos logísticos y estratégicos para ambas facciones en conflicto.
Aunque su función original era conectar Culiacán con la frontera de Nogales y con otras ciudades del país, hoy en día el Puente Negro es más que una simple infraestructura vial. Se ha convertido en un punto de referencia turístico y un lugar de encuentro para la comunidad, atrayendo a visitantes con su belleza arquitectónica y sus vistas panorámicas del entorno natural circundante.
En el año 2010, gracias al apoyo de la iniciativa privada y el Ayuntamiento de Culiacán, el Puente Negro recibió una renovación integral que incluyó trabajos de mantenimiento y la instalación de un espectáculo de luces que ilumina la estructura durante las noches y ocasiones especiales, realzando aún más su belleza y su importancia como punto de interés cultural.
Con su rica historia y su impacto en la identidad de Culiacán, el Puente Negro continúa siendo un testimonio vivo del ingenio humano y un recordatorio del valor de la infraestructura en la construcción de comunidades fuertes y prósperas.