México | 05/10/2024 10:40:00 a. m. | Luz Noticias
En México, la salsa ya no pica, y todos señalan a los «gringos» como los presuntos responsables de esta gentrificación culinaria.
El cambio en la cultura y tradiciones es palpable; turistas se quejan del picante en la comida y negocios han dejado de incluirlo en los platillos. ¿Estamos presenciando la gourmetización de la comida mexicana?
El picante, parte esencial de la identidad mexicana, ha sido un componente vital en nuestra historia y tradición culinaria desde la época Mesoamericana, con más de 100 variedades de chiles presentes en nuestro país.
FOTO: Temática.
Sin embargo, recientemente, varias voces en redes sociales expresaron su descontento al notar que algunos establecimientos en la Ciudad de México han optado por no ofrecer salsas picantes, debido a las quejas de turistas extranjeros que devolvían los platos por considerarlos demasiado picantes.
Olmedo utiliza el término «gourmetización de la comida mexicana» para describir este fenómeno, donde platillos comunes y populares son revalorizados y encarecidos, alejándolos del acceso de ciertos sectores de la población.
Para algunos expertos, la gentrificación está transformando gradualmente la vida tal como la conocemos, afectando a los locales y desplazándolos de sus zonas de origen.
En el caso de la comida, esto se traduce en una adaptación de los sabores para acomodarse a los gustos de una clientela más adinerada, en detrimento de las tradiciones locales y la accesibilidad para todos.
La culminación de estas tendencias ha llevado a una acalorada discusión en las redes sociales, donde se culpa a los extranjeros de los cambios en las tradiciones y gastronomía mexicanas.
Es evidente que esta conversación va más allá del paladar; está arraigada en la preservación de la identidad cultural y la resistencia ante la homogeneización de la experiencia culinaria.
En última instancia, el debate sobre la presencia del chile en la comida mexicana no solo refleja una preferencia gastronómica, sino también una lucha por preservar la autenticidad y la diversidad cultural en un mundo cada vez más globalizado.