Internacional | 05/16/2024 06:03:00 p. m. | Luz Noticias
México y el mundo experimentaron recientemente el impacto de una tormenta solar que desencadenó una serie de fenómenos inusuales y preocupantes.
Esta tormenta geomagnética, que duró más de dos días, no solo causó auroras boreales en algunas regiones del país, sino que también generó afectaciones en sistemas de GPS y ocasionó apagones en distintas partes del mundo.
El Servicio de Clima Espacial México (Sciesmex) informó que la tormenta geomagnética severa tuvo una duración de más de 39 horas, disminuyendo gradualmente su intensidad a lo largo del evento. Sin embargo, los efectos de este fenómeno solar podrían extenderse más allá de lo esperado.
Un estudio realizado por la Universidad Estatal de Florida, liderado por Yang Wang, arrojó resultados alarmantes: la tormenta geomagnética podría desencadenar una ola de huracanes.
Utilizando un modelo analítico que abarcó 5,500 años de actividad ciclónica, los investigadores identificaron 11 períodos en los que se registró un aumento del 40% en la frecuencia de tormentas tropicales.
Estos períodos coincidieron con momentos de alta actividad solar, como la reciente tormenta geomagnética que afectó a la Tierra. La teoría detrás de esta correlación es que la intensa actividad solar genera una mayor cantidad de energía que llega a la Tierra, calentando los océanos y proporcionando combustible adicional para la formación de tormentas tropicales.
Este hallazgo cobra relevancia en un contexto en el que Estados Unidos se encuentra en plena temporada de huracanes, con la previsión de 20 tormentas pronosticadas en el territorio.
En México, las autoridades meteorológicas han alertado sobre la formación de hasta 41 ciclones en el océano Atlántico y el Pacífico durante la temporada 2024, con la posibilidad de que al menos cinco de ellos impacten en el territorio nacional.
El aumento en la frecuencia e intensidad de los huracanes podría atribuirse al calentamiento de los océanos provocado por la actividad solar, según explicó Yang Wang. A medida que los océanos se calientan, acumulan más energía disponible para alimentar vientos ciclónicos, lo que crea condiciones propicias para el desarrollo de tormentas más poderosas.
Ante esta advertencia, los expertos hacen un llamado a la atención sobre la necesidad de seguir investigando y monitoreando de cerca la relación entre la actividad solar y los fenómenos meteorológicos extremos, así como a fortalecer las medidas de preparación y mitigación ante la creciente amenaza de huracanes en las regiones afectadas.