06/01/2024 07:00:00 p. m.
Las temperaturas a nivel global están en continuo ascenso, y el año 2023 fue el más caluroso del que se tiene registro.
Un informe reciente de la Organización Meteorológica Mundial indicó que el año pasado batió todos los récords climáticos, es el primero en registrar un aumento de 1,4 grados por encima de los niveles preindustriales.
Este fenómeno tiene consecuencias directas y preocupantes en diversas regiones del planeta, incluye el hemisferio sur y, específicamente, Argentina.
Científicos han determinado que el límite crítico en el que el cuerpo humano ya no puede regular su temperatura se encuentra entre los 40 y 50 grados Celsius. Este hallazgo proviene de un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Roehampton (Londres) a fines de 2022.
El estudio se basó en datos de un experimento realizado en 2021 con cuatro hombres y tres mujeres, donde se midió el aumento de la tasa metabólica y la cantidad de energía que el cuerpo humano necesita para seguir funcionando en condiciones de calor extremo.
El profesor Lewis Halsey, del Centro de Ciencias de la Vida y la Salud de la Universidad de Roehampton, explicó que al alcanzar estos niveles de temperatura , el cuerpo humano entra en una fase de «estrés térmico».
En resumen, la situación actual en Argentina refleja un fenómeno global de aumento de temperaturas extremas. Es crucial que las autoridades y la población tomen medidas preventivas para mitigar los efectos del calor extremo y proteger la salud pública, especialmente cuando las temperaturas alcanzan niveles que pueden poner en riesgo la vida humana.
Según Halsey, «cada persona es diferente» y la reacción al calor puede variar considerablemente en función de la edad, el sexo y los trastornos médicos existentes. «La tasa metabólica de algunas personas no aumentaba a 40 grados, pero sí a 50», afirma.
Según la investigación, una persona todavía puede controlar su temperatura entre 40 y 50 grados, pero si esta sigue aumentando se puede experimentar «estrés térmico», que es un estado del cuerpo que ocasiona la temperatura ambiental y puede ocasionar estrés psicológico, metabólico e hipertermia.