Este fenómeno ha generado una gran preocupación entre la ciudadanía y una creciente sensación de inseguridad debido a la falta de respuesta por parte de las autoridades locales.
Reportes
El incidente más reciente fue reportado por pasajeros que viajaban en un autobús sobre la Maxipista Culiacán-Mazatlán.
En el kilómetro 183, un civil sin identificarse subió a la unidad y, con actitud intimidatoria, procedió a solicitar documentos de identidad y tomar fotografías de los rostros de los viajeros.
El hecho ocurrió cerca de la caseta Mármol y fue registrado en video por un pasajero, quien capturó la escena con la cámara de su celular.
En el video, se puede observar al civil dirigiéndose a cada asiento, solicitando los documentos de los pasajeros y fotografiando a cada uno sin dar explicaciones.
Tras completar la revisión, el hombre descendió del autobús sin interactuar con el chófer ni con los demás tripulantes. Este incidente, que no es el primero en la región, ha incrementado la ansiedad entre los usuarios de transporte público que temen por su seguridad.
El modus operandi de estos civiles es consistente: abordan los autobuses en puntos específicos de las carreteras, principalmente en las inmediaciones de casetas de cobro, y realizan sus actividades de manera intimidatoria y sin identificarse.
Hasta el momento, no se ha aclarado la identidad de estas personas ni el propósito detrás de sus acciones. La falta de transparencia y la ausencia de respuestas oficiales han generado una atmósfera de incertidumbre y temor entre la población.
Preocupación Ciudadana
A pesar de la gravedad de estos eventos, las autoridades locales no han emitido declaraciones al respecto, lo que ha incrementado la preocupación entre los ciudadanos.
La comunidad demanda una investigación exhaustiva y respuestas claras que garanticen la seguridad en las carreteras y el respeto a los derechos de los pasajeros.
La falta de intervención oficial en este asunto plantea una serie de preguntas sobre la seguridad en las carreteras de Sinaloa.
Los viajeros exigen que las autoridades estatales y federales tomen medidas inmediatas para identificar y detener a estos individuos que operan con total impunidad.
La protección de la privacidad y la seguridad de los ciudadanos debe ser una prioridad, y es crucial que se implemente un protocolo claro para abordar esta situación.
En tanto no se esclarezca este asunto, los usuarios de autobuses en Sinaloa continuarán viajando con una sensación de incertidumbre, esperando que las autoridades actúen y restauren la confianza en los sistemas de transporte público de la región.