07/04/2024 01:29:00 p. m.
Ubicado en el extremo sur del malecón de Mazatlán, el Paseo del Centenario se erige como una de las joyas turísticas más apreciadas de la ciudad.
Este espectacular camino atraviesa el Cerro del Vigía, ofrece a los visitantes vistas panorámicas que capturan la esencia del Pacífico mexicano, atardeceres de ensueño y una atmósfera romántica que invita a perderse en sus encantos.
Uno de los puntos más destacados de este paseo es el Mirador del Corazón del Centenario, este sitio no solo ofrece hermosas vistas, sino que también es un testamento vivo de la rica historia de Mazatlán.
Sus inicios se remontan a la construcción del Paseo del Centenario en 1910, una obra realizada para conmemorar el primer siglo de la independencia de México, aunque no se tiene un registro exacto de la fecha de creación del mirador, se estima que surgió entre 1945 y 1951.
Originalmente, el mirador era una explanada en un acantilado de 20 metros, pero con el paso de los años, ha evolucionado hasta convertirse en un ícono emblemático de la ciudad.
La transformación más notable del Mirador del Corazón del Centenario ocurrió en 2004, durante este año, el mirador fue rediseñado para adoptar la forma de un corazón, una adaptación que ha perdurado hasta nuestros días y que se ha convertido en una de las imágenes más reconocibles de Mazatlán.
Esta forma no solo simboliza el amor de los mazatlecos por su ciudad, sino que también ofrece un espacio ideal para parejas y turistas que buscan capturar momentos inolvidables.
El Paseo del Centenario y su mirador no solo son destinos turísticos, sino también lugares de encuentro para la comunidad local, con su combinación de belleza natural e historia, este paseo invita a los visitantes a explorar y descubrir los muchos matices que hacen de Mazatlán una ciudad única.
Ya sea disfrutando de un tranquilo paseo, admirando el atardecer o simplemente respirando el aire fresco del mar, el Paseo del Centenario promete una experiencia memorable para todos aquellos que pasean por él.
Sin duda, este rincón del malecón de Mazatlán es un lugar que todo viajero debería incluir en su itinerario, no sólo por sus vistas y su ambiente romántico, sino también por la oportunidad de conectarse con la historia y el espíritu de esta ciudad portuaria.