08/05/2024 07:30:00 a. m.
Las bolsas de Asia y Europa abrieron este lunes con fuertes caídas, desencadenadas por un creciente temor a una posible recesión en Estados Unidos. El índice Nikkei 225 de Japón se desplomó un 12,4 % por la mañana, cerrando con una pérdida de 4.451,28 puntos, situándose en 31.458,42.
El índice más amplio TOPIX también registró una caída significativa del 12,8 % tras un repunte de las ventas por la tarde.
El desplome se produjo después de la publicación de un informe que revelaba una disminución mayor de lo esperado en las contrataciones en Estados Unidos durante el último mes, lo que ha sembrado el pánico en los mercados financieros.
La peor caída del Nikkei en un solo día fue un desplome del 14,9%, registrado en el «Lunes negro» de octubre de 1987.
La reciente subida de la tasa de interés de referencia por parte del Banco de Japón, motivada por la debilidad persistente del yen japonés y la inflación por encima del objetivo del 2%, también ha contribuido a la volatilidad del mercado.
El dólar cotizaba el lunes por la mañana a 142,39 yenes, en comparación con los 146,45 del viernes por la tarde, reflejando una caída significativa desde los más de 160 yenes de hace unas semanas.
El impacto también se sintió en otros mercados asiáticos. El índice surcoreano Kospi cayó un 9,3 %, con una notable pérdida del 11,6 % en las acciones de Samsung Electronics.
En Taiwán, el índice Taiex se desplomó un 8,4%, mientras que Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., el mayor fabricante de chips del mundo, perdió un 9,8 %.
Este lunes negro ha generado preocupación global sobre la estabilidad económica, mientras los inversores siguen atentos a los desarrollos en los mercados estadounidenses y sus posibles repercusiones.
Las caídas en las bolsas de valores de Europa y Asia han puesto en conversación el término lunes negro, el cual se usa para describir eventos financieros negativos, en los que los índices bursátiles experimentan caídas abruptas y masivas, afecta a los inversionistas y al sistema financiero global.
En el pasado, este tipo de eventos han tenido repercusiones a nivel global, ya que no solo se ven dañados los bolsillos y la confianza de los inversores, ya que también perjudica a las instituciones financieras y gobiernos.