09/10/2024 06:05:00 p. m.
El consumo de alcohol en México sigue siendo un grave problema de salud pública que ha empeorado en los últimos años, especialmente desde la pandemia de Covid-19. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Drogas revelan que el abuso de bebidas alcohólicas afecta de manera preocupante a gran parte de la población.
Según estas estadísticas, el estado de Jalisco ocupa el primer lugar en consumo excesivo de alcohol, con una prevalencia del 44.4 por ciento entre la población de 12 a 65 años, muy por encima de la media nacional del 33.6 por ciento. Le siguen Nayarit con 41.6 por ciento y Quintana Roo con 40.5 por ciento.
Entre los jóvenes, Jalisco también encabeza la lista, con un 28.6 por ciento de personas entre 12 y 17 años que consumen alcohol en exceso, seguido por Michoacán (22 por ciento) y Guanajuato (19.1 por ciento).
Este aumento en el consumo excesivo está vinculado a graves problemas de salud, como enfermedades hepáticas, accidentes de tráfico y violencia doméstica. En hospitales psiquiátricos, el 60 por ciento de los pacientes presentan trastornos relacionados con el alcohol. Además, el alcohol fue la droga de inicio para el 35.4 por ciento de las mujeres y el 33.3 por ciento de los hombres que buscaron tratamiento en 2022.
Nuevo León destaca como el estado con mayor consumo diario de alcohol, con un 4.7 por ciento de prevalencia. A pesar de estos preocupantes datos, el Gobierno de México no ha actualizado la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco desde 2017, lo que dificulta obtener una imagen precisa y actualizada del problema.
En 2022, el abuso de alcohol fue responsable de la muerte de 80 mujeres y 2 mil 168 hombres por trastornos mentales y del comportamiento relacionados con el alcohol. Además, mil 58 mujeres y 13 mil 335 hombres fallecieron por enfermedades del hígado como resultado del consumo excesivo, principalmente por cirrosis hepática alcohólica.
A pesar de los esfuerzos gubernamentales con campañas de concienciación y programas de rehabilitación, la facilidad de acceso al alcohol y la falta de programas preventivos continúan siendo desafíos para reducir esta crisis de salud pública en México.