09/11/2024 04:05:00 p. m.
El centro de Los Mochis no solo es conocido por su ajetreo comercial, sino también por los personajes que lo recorren y que se han convertido en figuras icónicas para los habitantes de la ciudad.
Entre ellos destacan tres en particular: La Güera Pesos, El Señor de los Cintos y El Plateado. Cada uno con su estilo peculiar y sus historias, han dejado una marca imborrable en la vida cotidiana de los mochitenses.
La Güera Pesos es quizás la más conocida de todos. Esta mujer, cuya presencia en las calles del centro es constante, ha ganado su apodo debido a su costumbre de pedir a los transeúntes una moneda de un peso.
Con su vestimenta característica y su peculiar manera de dirigirse a quienes pasan a su lado, se ha vuelto una figura ineludible para quienes frecuentan el corazón de la ciudad.
Su insistencia al pedir dinero es bien conocida, y muchos prefieren darle el peso que pide, pues aquellos que no lo hacen podrían encontrarse con una situación incómoda: un agarrón en sus partes íntimas. "Vale más que la güera pida y no que robe", es su frase distintiva, la cual se ha grabado en la memoria de quienes la cruzan a diario.
Otro personaje célebre es El Señor de los Cintos, cuyo verdadero nombre es Luis Tolentino Santana. Con más de 50 años vendiendo cinturones y otros productos en el mismo punto del centro, se ha convertido en una leyenda local.
Su apodo de "El Chiflador" lo ha ganado gracias a su habilidad para atraer a los clientes con un peculiar silbido que se ha vuelto parte del paisaje sonoro de la zona. Su pequeña tienda, ubicada en la calle Zaragoza, casi en la esquina con el callejón Agustín Melgar, ha sido testigo de generaciones de mochitenses que han pasado por allí no solo para comprar, sino también para escuchar su famoso chiflido.
A lo largo de los años, don Luis ha conquistado el cariño de los habitantes, al grado de que incluso le han compuesto canciones en su honor.
Por su parte, El Plateado es un personaje que ha ganado notoriedad más recientemente. Este artista urbano se dedica a realizar trucos de magia en los semáforos de la ciudad, pero lo que lo distingue es su apariencia: cubre todo su cuerpo, incluyendo su vestimenta, con una pintura plateada.
Su aspecto llamativo y su talento para el ilusionismo le han valido la atención de automovilistas y peatones por igual.