09/30/2024 01:16:00 p. m.
Ubicado en el icónico Paseo Olas Altas de Mazatlán, el Hotel Belmar es un símbolo de la historia y cultura de la ciudad, un testigo silencioso de los cambios a lo largo de más de un siglo.
Fundado en 1922, este hotel no solo se erige como el más antiguo de Mazatlán, sino que también es reconocido como el primer hotel a pie de playa en todo México, lo que lo convierte en un referente turístico y arquitectónico.
Desde su inauguración, el Belmar ofreció servicios de lujo para la época, con instalaciones modernas, restaurantes de calidad y hasta una orquesta que amenizaba los fines de semana, lo que lo convirtió en el centro de reunión de la élite de la época.
Gobernantes, artistas de renombre y líderes militares lo visitaban, destacando nombres como Tyrone Power, Robert Mitchum, Rita Hayworth y Walt Disney, quienes encontraron en este lugar una ventana hacia el mar con todas las comodidades que el hotel ofrecía.
El Belmar no solo es conocido por su exclusividad y su historia de lujo, sino también por las historias que esconden sus misteriosos pasillos.
A lo largo de los años, los rumores de eventos paranormales, historias de amoríos, peleas y hasta supuestos asesinatos han surgido de entre más paredes del edificio, los más curiosos visitantes aún aseguran haber presenciado fenómenos extraños en sus habitaciones, lo que no ha hecho más que aumentar la mística que envuelve a todo el hotel.
A pesar de los años, el Belmar sigue en funcionamiento, gracias a trabajos de mantenimiento, conserva su esencia y arquitectura histórica, y permite a quienes lo visitan experimentar un poco de la autenticidad mazatleca.
Sus paredes, llenas de anécdotas, guardan la memoria de un Mazatlán que ya no existe, pero que sigue vivo en los rincones de este legendario hotel.
Hoy en día, el Hotel Belmar continúa siendo un punto de referencia para locales y turistas, un lugar que invita no solo a hospedarse, sino también a sumergirse en una parte esencial del pasado de Mazatlán, con más de 100 años de historia, este edificio sigue siendo una ventana al pasado y un símbolo inamovible de la grandeza de una ciudad que se ha forjado a orillas del Pacífico.