10/17/2024 07:29:00 a. m.
La cigala, conocida científicamente como Nephrops norvegicus, es un crustáceo decápodo muy apreciado en la alta gastronomía. Este marisco destaca por su carne tersa y tierna, con un sabor ligeramente salino y dulce, lo que lo convierte en un ingrediente ideal para banquetes y celebraciones especiales.
Además de su sabor, la cigala es altamente nutritiva: aporta pocas calorías, es rica en proteínas y contiene una gran variedad de vitaminas y minerales beneficiosos para la salud.
La cigala se distingue por su caparazón anaranjado o rosáceo, con manchas de un rojo vivo en la parte dorsal. Este crustáceo puede vivir a profundidades de hasta 800 metros y prefiere los fondos marinos arenosos, donde cava largas galerías para protegerse.
Las cigalas son sedentarias y suelen salir al amanecer y al anochecer para alimentarse de gusanos poliquetos, moluscos y otros crustáceos.
La cigala habita en el Atlántico y el Mediterráneo, desde Noruega hasta Marruecos, y es capturada principalmente mediante redes de arrastre y nasas. Su pesca es más efectiva durante la madrugada y en noches de luna llena.
Aunque está disponible todo el año, su comercialización y consumo son óptimos entre mayo y julio, así como en diciembre, lo que la convierte en un marisco ideal para las festividades navideñas.
La cigala es baja en grasas y carbohidratos, y destaca por su alto contenido en proteínas y minerales como:
Además, contiene ácidos grasos omega-3, que son beneficiosos para la salud cardiovascular, lo que la convierte en una excelente opción para quienes buscan mantener una dieta saludable y equilibrada.
En resumen, la cigala no solo es una delicia culinaria, sino que también ofrece beneficios nutricionales considerables, convirtiéndola en un alimento ideal para cualquier dieta saludable.
La cigala es uno de los mariscos más valorados en la cocina por su versatilidad, propiedades y numerosos beneficios para la salud, ya que: