10/29/2024 01:54:00 p. m.
En medio de la sequía que ha golpeado al noroeste de México durante los últimos años, la Presa Picachos, ubicada en el sur de Sinaloa, se convirtió en un oasis, pues mientras la mayoría de las infraestructuras hídricas de la región se encontraban en niveles mínimos, este embalse mantuvo su capacidad operativa, lo que aseguró el suministro de agua tanto para el riego agrícola como para el consumo humano.
Durante los años 2023 y 2024, la falta de lluvias afectó gravemente a Sinaloa, lo que provocó una caída en la productividad agrícola y obligó a numerosas comunidades a racionar el agua.
La Presa Picachos, fue llenada en 2009 e inició su construcción en 2007 sobre el cauce del río Presidio, logró resistir la crisis hídrica y desempeñó un papel fundamental en la gestión del recurso durante estos años críticos.
La estabilidad de Picachos ha sido esencial para la economía agrícola del sur de Sinaloa, donde se cultivan productos como mango, frijol y maíz, gracias a los niveles sostenidos de agua del embalse, los agricultores de la región pudieron mantener sus ciclos de producción, evitando pérdidas en comparación con otras zonas del estado.
Más allá de su impacto en la agricultura y el suministro urbano, Picachos también ha impulsado el turismo en la región.
La presa ha atraído a visitantes que disfrutan de actividades recreativas como la pesca deportiva y el ecoturismo, posicionándose como un punto de interés para quienes buscan experiencias al aire libre.
Aunque la presa Picachos ha demostrado ser una infraestructura resiliente en medio de la sequía, las autoridades reconocen que es fundamental seguir promoviendo un uso responsable del agua ante los desafíos del cambio climático.