11/01/2024 10:33:00 p. m.
El Día de Muertos, todos hablan de las familias, madres, padres, hijos, abuelos, nietos, que acuden año tras año a los diversos panteones para visitar y honrar a sus seres queridos, pero, ¿qué hay de las mascotas?
Esta es la historia de "Guardián", un perrito mestizo que fue bautizado así por su fidelidad absoluta hacia su amo, quien falleció de causas naturales.
Corría el año 2006, cuando al panteón municipal ubicado en la colonia Ferrusquilla, en la ciudad de Los Mochis, llegó una carroza funeraria con un ataúd y decenas de personas; sin embargo, lo que llamaba mucho la atención era un can mestizo de color miel y orejas grandes que no se despegaba ni un solo momento del lugar.
Poco a poco, la multitud se fue retirando, pero el perro continuó ahí, olfateando, escarbando y por momentos aullando.
La situación llamó la atención de los cuidadores del panteón, quienes se acercaron para ver si el perro estaba herido, y efectivamente sí lo estaba, pero por la partida de su mejor amigo, un hombre de edad avanzada que, a decir de los cuidadores, falleció de un infarto.
Los cuidadores dejaron agua y comida para el can, que se negaba a moverse un centímetro de la tumba, pensando que en cuestión de horas ya no estaría en el lugar.
Sorpresa fue la que se llevaron al regresar a sus labores al siguiente día, pues el perro ahí seguía, junto a la tumba de su amo, y la comida y agua estaban intactas.
Así pasaron días y días, hasta que de repente notaron que los seguía por las inmediaciones del camposanto, los cuidadores le hicieron cariños y notaron la nobleza del animal, por lo que decidieron adoptarlo y llamarlo "Guardián".
"Guardián" ya era parte de la planta laboral del panteón; tempranito seguía a los trabajadores para hacerles compañía y hasta ayudarlos a escarbar.
Cuidaba toda el área y una vez finalizada su jornada, regresaba con su mejor amigo a descansar a su lado, así fueron todos sus días.
Pasaron los años y "Guardián" envejeció; su movilidad y vista ya no eran las de antes, pero su amor hacia su amo era el de siempre.
Un día al llegar al panteón, los cuidadores notaron que "Guardián" estaba muy quieto, incluso lo llamaron para darle su respectivo desayuno, pero el can no respondió.
Los cuidadores narran que "Guardián" esperó pacientemente a que su amo llegara al arcoíris para entonces encontrarse con él nuevamente.