12/24/2024 08:05:00 p. m.
El policía tomó al niño con sus brazos y lo levantó lo suficiente para sentarlo en la tapa de la cajuela de la patrulla 566, que momentáneamente se había estacionado en una de las calles de La Capilla, en los alrededores de la comisaria de La Florida, al norte de Los Mochis.
De los pantalones cafés del niño sobresalían un par de pies descalzos, cenizos, ampollados de tanto andar sin calzado entre esa tierra agrícola que a veces está fría y en ocasiones caliente.
"El niño nada decía, y solo agrandaba sus ojos, mirando a aquellos tres policías que le miraban las piernas y mascullaban algo que él no entendía.
El niño no sabían, pero Paúl, Andrés y Christian habían sido comisionados por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del ayuntamiento de Ahome para atenderlos en esta Nochebuena, cuando se recuerde que hace más de 2 mil años nació el niño Dios para salvar a la humanidad.
En la caja de la patrulla había algunas cajas, pelotas, carros de juguetes, balones y dulces. Pero aquellos tres agentes no atinaban qué escoger. Estaban como midiendo o calculando algo, observando al chico.
Luego, uno de ellos movió todo aquel montón de cosas, sacó una caja, la dejó a un lado, luego otra, y otra hasta que apareció una que le provocó una sonrisa.
Esa caja pasó de manos en mano hasta que el patrullero la abrió, y poniéndose casi de rodillas, limpió aquellos pies descalzos, sacó unos tenis rojos y se los calzó al niño, reincorporándose.
Los ojos del niño parecieron casi salirse, cuando comprobó que le quedaban bien, sin apretarle los dedos que los movía, y luego sonrió. El policía le puso en sus manos una bolsa de dulces y más regalos.
Aquel infante había recibido obsequios que la población de Los Mochis había donado al Policlaus 2024.
Y con sus tenis nuevos, el infante de 5 años de edad, ya no ocupó al agente. Él saltó de la caja y se perdió entre la multitud de niños que buscaban tener un presente.
En el ejido 5 de Mayo, con población infantil mayoritariamente indígena, la situación no era mejor que en La Capilla. Allí, una niña se dejó atender por esos hombres de azul, de rostros adustos que acostumbrados a tratar con rudeza a las personas y portando fusiles al hombro, ahora se arrodillaban para atenderla, colocándole tenis y zapatos, dándole regalos y golosinas.
En la Arrocera, el corazón de los rudos se apachurró cuando llegó aquella niña invidente que no entendía la algarabía estruendosa de otros niños.
Cuando ella fue subida a la caja de la patrulla, su rostro se iluminó pues sentía en sus pies descalzados la textura de calzado nuevo, y sus manos estrujaban el papel celofán de la envoltura de sus dulces, y sus juguetes rozaron sus mejillas en un abraso de agradecimiento.
En esta edición, la policía entregó 16,500 a niños de bajos recursos económicos, de estos, unos 8,500 fueron distribuidos en las sindicaturas.
Ya atardeciendo el Policlaus 2024 había llegado a su fin, y ahí el comandante Denis Castro Valdez, Coordinador de Sindicaturas de la SSYPC de Ahome, reconoció y agradeció el gran esfuerzo de los agentes de Policía, a los comandantes de la sindicaturas, quiene con la ayuda de sus hijos, el grupo GOTER, así como a las mujeres policías de la corporación por haber sacado adelante está decimosegunda edición y haber logrado dibujar una sonrisa en los rostros de niños y niñas que tendrían una Feliz Navidad.
También agradeció el apoyo brindado por los agricultores, productores de mango, acuacultores, empresarios, asociaciones civiles y ciudadanos, quienes acudieron a las comandancias a donar para no solamente llegar a la meta sino duplicarla y sobrepasarla este 2024.