02/26/2025 04:12:00 p. m.
La sandía, una de las frutas más refrescantes y apreciadas en México, puede ser la elección perfecta para combatir el calor durante todo el año. Sin embargo, expertos en salud y seguridad alimentaria han advertido sobre los riesgos de comprar esta fruta ya partida a la mitad en los mercados. A continuación, te explicamos las razones por las que es mejor pensarlo dos veces antes de optar por esta opción aparentemente conveniente.
La sandía, conocida por su alto contenido de agua y nutrientes esenciales, se ha consolidado como una de las frutas más saludables. Su consumo regular contribuye a la prevención de enfermedades como el cáncer, diabetes, problemas cardíacos, infecciones, fiebre, obesidad y estrés, según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. Pero, ¿qué sucede cuando compramos una sandía partida?
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La práctica de vender sandías cortadas no solo tiene un impacto negativo en el medio ambiente, sino que también presenta riesgos para la salud. En primer lugar, al estar partida, la sandía requiere ser envuelta en plástico para evitar que se contamine durante la manipulación, lo que genera residuos plásticos innecesarios. Además, si la sandía es empacada, se agrega un contenedor desechable, cubiertos y otros materiales de un solo uso, aumentando la huella ambiental.
Lo que es aún más preocupante es el riesgo de contaminación alimentaria. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., las frutas y verduras crudas pueden ser portadoras de microorganismos peligrosos como Salmonella, E. coli y Listeria. Estos patógenos pueden causar serias intoxicaciones alimentarias si no se manejan correctamente. Los CDC recomiendan consumir frutas y verduras cocidas o, al menos, bien lavadas, para minimizar el riesgo de enfermarse.
Para minimizar la posibilidad de contaminación cruzada y proteger tu salud al comprar frutas y verduras, los expertos sugieren seguir algunas recomendaciones simples, tanto en el supermercado como en casa:
En el supermercado o mercado:
Elige frutas y verduras en buen estado, evitando aquellas con golpes o daños visibles.
Si decides comprar productos precortados, como la sandía, asegúrate de que estén refrigerados o conservados sobre hielo.
Separa las frutas y verduras de los productos crudos, como carne, aves o mariscos, durante la compra.
En casa:
Lava tus manos antes de manipular alimentos.
Asegúrate de que los utensilios y superficies que utilices estén limpios.
Lava todas las frutas y verduras bajo agua corriente antes de consumirlas o cocinarlas, incluso si no piensas comer la cáscara. Retira las partes dañadas o magulladas, ya que pueden ser un punto de entrada para los microbios.
Los CDC también recomiendan que las frutas y verduras sean refrigeradas dentro de las dos horas posteriores a haberlas cortado, pelado o cocinado. Si la temperatura ambiente es superior a los 90°F (alrededor de 32°C), este tiempo se reduce a una hora.
Aunque la sandía partida puede parecer una opción conveniente para ahorrar tiempo, es importante considerar los riesgos que implica. Desde el impacto ambiental hasta los posibles problemas de salud, es mejor disfrutar de esta deliciosa fruta de manera segura y responsable. La próxima vez que estés en el supermercado, opta por una sandía entera y córtala tú mismo para evitar los riesgos asociados con los productos precortados.