03/14/2025 06:43:00 p. m.
A medida que nos acercamos a la temporada de huracanes de 2025, las predicciones meteorológicas siguen mostrando incertidumbres, principalmente debido a la influencia del fenómeno climático El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), que afecta tanto las lluvias como la actividad de los ciclones tropicales. La presencia de La Niña o la fase neutral del ENOS son los factores principales que determinarán el comportamiento de la temporada, aunque los expertos aún esperan confirmación sobre cuál será la fase predominante.
El fenómeno climático conocido como La Niña y su contraparte, El Niño, son los principales motores del comportamiento atmosférico global. Estos fenómenos modifican los vientos y las condiciones meteorológicas a lo largo del planeta, afectando la formación de ciclones tropicales. En este momento, los pronósticos sugieren una probabilidad del 50/50 para que La Niña continúe en sus últimas semanas o se transite a la fase neutral, que podría predominar hasta el otoño.
Según los modelos actuales del ECMWF, uno de los más confiables en la predicción meteorológica, la fase neutral podría extenderse durante la primavera y el verano, con una leve tendencia a que la fase de El Niño se forme en el otoño. Sin embargo, las actualizaciones de marzo indican una posibilidad de que La Niña débil vuelva a manifestarse después de septiembre.
A pesar de la incertidumbre, los expertos calculan una probabilidad del 70% de que la temporada de huracanes en el Atlántico y el Pacífico se mantenga dentro de lo "normal", es decir, con una actividad de ciclones tropicales y huracanes comparable con las estadísticas históricas.
El pronóstico de la cuenca del Atlántico para la temporada de huracanes, que abarca de mayo a septiembre, sugiere la formación de unas 12 tormentas con nombre, de las cuales 5 podrían ser huracanes. Esta cifra está dentro del promedio histórico de 6 huracanes. Aunque la temporada podría mantenerse dentro de los rangos tradicionales, la Energía Ciclónica Acumulada (ACE) estimada también será típica para la época.
Por otro lado, en el Pacífico, se prevé la formación de 13 tormentas con nombre, de las cuales 7 podrían ser huracanes. Esta predicción es también similar a los valores promedios históricos.
Si la fase neutral persiste durante el verano, las condiciones meteorológicas para el ciclo de huracanes podrían mantenerse en una media esperada, aunque esto no descarta eventos extremos como sequías, calor excesivo y ciclones potentes que podrían sorprender a las comunidades costeras. Por otro lado, si La Niña se mantiene activa, se prevé un aumento en la cantidad de ciclones en el Atlántico y una disminución en el Pacífico, con más lluvias de lo habitual en Centroamérica y en puntos clave de México.
En caso de que el fenómeno de El Niño se establezca en la segunda mitad del año, el escenario cambiaría drásticamente, con menos ciclones en el Atlántico y un aumento en la actividad ciclónica en el Pacífico. Esta situación podría generar un incremento en las temperaturas y un aumento en los riesgos climáticos de calor extremo.
Aunque los pronósticos indican que la temporada de huracanes 2025 se mantendrá dentro de los valores normales, las autoridades recomiendan estar preparados para posibles eventos extremos, como periodos de lluvias intensas, calor sofocante o sequías. Los ciclones tropicales son impredecibles, y aunque el número de tormentas pronosticadas se encuentra dentro de los rangos promedio, no se puede descartar la posibilidad de que algunos de estos fenómenos sean más intensos o destructivos.
Aunque las probabilidades de una temporada "muy fuerte" parecen bajas, la incertidumbre inherente a la meteorología obliga a mantener la vigilancia constante y las preparaciones adecuadas para cualquier eventualidad climática. Los expertos continúan monitoreando la evolución de La Niña y el cambio de estaciones para brindar actualizaciones más precisas en los próximos meses.