11/27/2025 03:26:00 p. m.
¿Te ha pasado que te presentan a alguien y a los dos minutos su nombre se esfumó de tu cabeza? No te sientas mal, es algo que le sucede a prácticamente todo el mundo.
La razón detrás de esto es más simple de lo que crees y es que tu cerebro está diseñado para filtrar y priorizar la información que considera realmente valiosa.
La neurociencia nos da una explicación tranquilizadora: la mente prioriza los datos con contexto sobre las etiquetas sin significado.
El neurocientífico Charan Ranganath, de la Universidad de California en Davis, explica que el problema comienza con la enorme cantidad de datos que recibimos a diario.
Para manejar esta sobrecarga, el cerebro debe ser selectivo con lo que guarda motivo por el que los nombres quedan en segundo termino
Como el nombre carece de una relación clara con un significado o una imagen al instante, el cerebro lo clasifica como un dato de baja relevancia.
Simplemente, no logra superar el "filtro de prioridad", por lo que es de lo primero que se nos "va".
Esta es una queja clásica: recordar perfectamente el rostro, pero olvidar la etiqueta que lo acompaña.
La ciencia lo justifica así: el rostro de una persona activa redes visuales intuitivas y tiene un contexto automático (sabes que estás viendo a una persona). En cambio, el nombre es un elemento abstracto; es solo una palabra sin un anclaje visual o emocional inmediato.
Retener nombres es totalmente posible si aplicas métodos sencillos que obligan a tu cerebro a crear las conexiones que le faltan de forma natural.
El neurocientífico Ranganath recomienda enfocarse en estrategias de asociación para darle al nombre un "gancho" que lo vuelva memorable: