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El regalo de José Alfredo Jiménez a Mazatlán hace más de 50 años
El cantautor compuso la melodía más icónica de toda la historia del municipio.
FOTO: internet.
Fue en enero del año 1954 cuando uno de los cantantes y autores más famosos de la historia del continente americano, José Alfredo Jiménez, decidió regalarle a Mazatlán una de sus hojas más gloriosas en su historia: el gran corrido de Mazatlán.
Según la historia, fue el gran cariño que el pueblo mazatleco le ofreció al cantante, sus hermosos atardeceres y la hospitalidad que descubrió, lo que orilló al «Hijo del Pueblo» a componerle el corrido que hasta el día de hoy conocemos.
Fueron tantas las visitas y continuas, hospedándose en el Hotel Belmar, que poco a poco se fue encariñando del municipio y su gente, cariño que fue bien correspondido
Maravillas
En el corrido compuesto en el año de 1954, «El Fello» describe todas las maravillas de Mazatlán, desde sus maravillas naturales hasta su gente.
Relata que llegó a Mazatlán de casualidad y que con el sonido de la tambora, decidió escribirle y cantarle el famoso Corrido de Mazatlán.
José Alfredo Jiménez describió a su gente como «puro corazón» por lo cual le canta, haciendo referencia al famoso faro de Mazatlán, el cual también es conocido como el Cerro del Crestón y es considerado el faro natural más grande del mundo.
«Ay qué bonito paseo del Centenario Ay qué bonita también su catedral Aquí hasta un pobre se siente millonario Aquí la vida se pasa sin llorar».
Dos de las frases más icónicas de toda la historia del municipio, haciendo referencia que aquí todos se sienten millonarios y que la vida es tranquila en el puerto.
Y con orgullo, destaca que aunque no es nacido en Mazatlán, él cantaba con gran entusiasmo llamando «El gran orgullo de ser de Mazatlán».
José Alfredo Jiménez destaca la belleza mazatleca también, así como la gran bondad de los hombres mazatlecos; el malecón, su catedral, el paseo del centenario y mucho, mucho más.
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