Sinaloa | Norte
Martín Ruiz, videógrafo de Luz Noticias y judío de Tehueco, El Fuerte.
Como cada Semana Santa, Martín combina su pasión por el periodismo con la cultura indígena yoreme.
FOTO: Esthela García y Rita Sánchez.
Martín Ruiz es un videógrafo de Luz Noticias que combina su pasión por el periodismo con su fe y raíces en la cultura indígena mayo-yoreme.
Cada viernes de cuaresma se desaparece de la redacción de Luz Noticias para vestirse de judío y cumplir con la promesa que le hizo a su abuelo.
«Bailo porque es mi pasión y fue una tradición que se me inculcó desde que estaba chiquito, y porque me gusta, por fe, porque me gusta lo que representa ser judío en estos días importantes de cuaresma; es algo que lo disfruto y me apasiona muchísimo», señaló.
Cuando Martín está vestido de judío no puede hablar y tiene prohibido descubrir su rostro, lo que complica combinar la fe con su vida laboral.
«Es difícil porque prácticamente mi trabajo me absorbe mucho, es estar disponible 24/7; trato de que el poquito tiempo que me queda libre, tratar de escaparme», admitió.
El judío
Ser judío va más allá de la máscara, tenábaris y danzas; es una representación de la Pasión de Cristo, en donde se comprometen durante 40 días a representar al mal.
El judío está en contra de Cristo y por eso no puede tocar lo que es sagrado; está obligado a dormir y comer en el piso.
Ser judío es una manda, una promesa y una tradición, que incluso prohíbe que tengan intimidad con su pareja para no contagiar el mal que están representando durante la cuaresma.
«No es una danza que se enseña, es una danza que tú mismo vas desarrollando, año tras año. En Tehueco, de estos lados es mi familia; me llama mucho la atención cómo entran de judío aquí. La danza es más rápida, con más ritmo», destacó.
Tradición
En el Conti que se realiza cada viernes de cuaresma todo juega un papel importante; incluso, el tono del tambor cambia de viernes a viernes y se van restando notas musicales hasta que queda un sonido sombrío para el Miércoles de Tinieblas.
Para el jueves, los judíos ingresan a la iglesia de Todos Los Santos, en Tehueco, El Fuerte, toman la imagen de Cristo y lo encierran. Los creyentes la tocan mientras un maestro rezador pide por su salvación, acompañado de las cantadoras y los músicos.
A Martín, como judío, le tocará celebrar la captura de Jesucristo bailando y corriendo.
El Jueves y Viernes Santo, la representación de Poncio Pilatos sale a buscar las cruces que los indígenas yoremes pusieron fuera de sus casas, las cuales cubrieron de álamo; los judíos las toman y corren en círculos contrarios. A esto le llaman «tumbar cruces».
El Sábado de Gloria los judíos renuncian al mal, corren y queman máscaras, son bautizados y su papel en la fiesta de Semana Santa se acaba.
El sábado en la tarde y el domingo, los pascolas y venado continúan la fiesta indígena yoreme, en representación del bien y la resurrección de Jesucristo.
La promesa
Para Martín Ruiz, vestirse de judío tiene un significado más profundo, pues con la danza y el sacrificio rinde promesa a su abuelo, quien le inculcó el amor por la cultura indígena mayo-yoreme.
«Desde que yo estaba muy pequeño, aquí en este centro ceremonial, fue "Mandon", así se le dice a los que son capitanes; me explicaba el porqué, para qué, a qué se debe, y eso fue una relación entre abuelo y nieto que prácticamente fue creciendo y él me enamoro de esta tradición», recordó.
La figura de su abuelo acompaña a Martín a todas partes, y aunque muchas personas no entenderían cómo un adulto, periodista y profesional destinaría 40 días de su vida a cumplir con una manda, para él es una convicción de vida y lo llena de orgullo, el orgullo de ser judío de Tehueco, El Fuerte.
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