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Pedro Infante padecía esta enfermedad que mata a miles de mexicanos al año

El legado de Pedro Infante, más allá de su carrera artística, refleja la lucha constante que miles de mexicanos enfrentan contra esta enfermedad.

Víctor Acosta
17/02/25

Pedro Infante padecía esta enfermedad que mata a miles de mexicanos al año

FOTO: Pedro Infante.

Pedro Infante, uno de los íconos más grandes de la música y el cine mexicano, escondió durante años un secreto que hoy en día afecta a millones de personas en México. A pesar de ser conocido por su carisma y su imponente presencia en pantalla, Infante padecía una enfermedad que, en su época, era casi desconocida: la diabetes.

Corría el año de 1945, cuando la carrera de Pedro Infante comenzaba a despegar. Sin embargo, en algún momento entre 1939 y 1950, el actor y cantante recibió uno de los diagnósticos más devastadores de su vida: diabetes. En aquellos años, la enfermedad era considerada rara en México. De hecho, en 1950, el Hospital Juárez de la Ciudad de México estimaba que la mortalidad por diabetes era apenas de 0.2 por cada 100,000 habitantes, una cifra muy lejana a los 119.5 fallecimientos por cada 100,000 habitantes que se registran hoy en día.

El diagnóstico, lejos de ser divulgado, fue guardado como un secreto celosamente protegido por todos quienes rodeaban al actor: su familia, médicos, e incluso sus amigas cercanas como Miroslava Stern y Blanca Estela Pavón. La razón detrás de este hermetismo era clara: no querían que la carrera de Pedro Infante se viera afectada por una enfermedad que, por aquel entonces, se asociaba con la debilidad y el deterioro físico. La verdadera magnitud del padecimiento de Infante no fue revelada sino hasta 53 años después de su muerte, cuando el investigador yucateco Luis Vargas Aguilar lo dio a conocer en una conferencia en la Universidad Autónoma de Yucatán.

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En esos años, la medicina apenas comenzaba a conocer los avances en el tratamiento de la diabetes, y la insulina, descubierta poco tiempo antes por el canadiense Frederick Grant Banting, estaba dando sus primeros pasos. Sin embargo, a pesar de los avances, las muertes por complicaciones derivadas de la enfermedad seguían siendo frecuentes. Pedro Infante, con acceso a los mejores médicos gracias a su fama y recursos, probablemente fue informado sobre la gravedad de su situación. La única opción viable para él, como para muchos otros diabéticos de la época, era un cambio radical en su estilo de vida: ejercicio y una estricta dieta.

Este cambio en su rutina se convirtió en un aspecto crucial de su vida. Aunque Infante ya tenía cierta inclinación por el boxeo y la bicicleta desde su llegada a la Ciudad de México en 1939, fue a partir de 1945 cuando comenzó a obsesionarse con el gimnasio, el remo en botes tradicionales en el Lago de Chapultepec y el correr. De hecho, su figura musculosa y esculpida se convirtió en su sello personal, algo que lo diferenciaba de otros galanes de la época como Arturo de Córdova, Jorge Negrete o Ramón Gay. Su impecable físico, lejos de ser solo un tema estético, era el resultado de su lucha diaria contra la diabetes.

La primera ola de la enfermedad 

Además, Infante formó parte de la primera oleada de mexicanos afectados por la diabetes, ya que, a partir de 1950, la enfermedad comenzó a propagarse con rapidez en el país, dando paso a una epidemia que persiste hasta el día de hoy.

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El legado de Pedro Infante, más allá de su carrera artística, refleja la lucha constante que miles de mexicanos enfrentan contra una enfermedad que, como en su caso, puede ser silenciada durante años, pero cuya presencia sigue marcando generaciones.

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