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El mural más grande del mundo está en Mazatlán ¿Sabes que significa?
El mural representa la conexión del puerto con el Mar de Cortés y con su historia, cultura y tradiciones

En el Centro de Convenciones de Mazatlán se encuentra una obra que no solo embellece el paisaje urbano del puerto, sino que también es un símbolo de orgullo y pertenencia para los mazatlecos, se trata del mural "Desarrollo Histórico, Económico y Turístico del Mar de Cortés", creación del artista sinaloense Ernesto Ríos Rocha.
Reconocido por el Récord Guinness en 2009 como el mural más grande del mundo realizado por un solo artista, esta imponente obra abarca 1,678.43 metros cuadrados, convirtiéndose en un referente artístico y cultural de México.
Su estructura está compuesta por 105 placas de concreto reforzado con acero, cada una de 5 por 3 metros, ensambladas con precisión para formar una unidad de 24.56 metros de altura por 68.34 metros de largo.

¿Qué significa?
El mural representa la conexión del puerto con el Mar de Cortés y con su historia, cultura y tradiciones, en su composición se pueden apreciar elementos simbólicos como un venado, que alude al significado del nombre "Mazatlán", la "Tierra de Venados".

También se encuentra la figura de Hernán Cortés, en representación del mar que lleva su nombre; una sirena, que encarna la belleza y encanto de la mujer mazatleca; fauna marina, como ballenas, delfines, mantarrayas y peces que pueblan el litoral; pescadores, las icónicas tres islas de Mazatlán, que son símbolos del puerto; y conchas con perlas, en alusión al apodo de la ciudad, "La Perla del Pacífico".

La creación de esta gran pieza requirió 18 meses de arduo trabajo y la colaboración de un equipo de ingenieros, arquitectos y artistas, bajo la dirección de Ríos Rocha.

El mural fue elaborado mediante una técnica mixta que combina pintura, escultura, mosaico, herrería forjada, cerámica y cantera, dando origen a una esculto-pintura de estilo figurativo-surrealista que integra lo mejor del arte tradicional y contemporáneo.

Hoy, esta obra no solo adorna el Centro de Convenciones, sino que se ha convertido en un ícono cultural de Mazatlán y un homenaje permanente a la creatividad, la historia y el espíritu del puerto sinaloense.

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