Esta cerveza es la más consumida desde septiembre a diciembre

Sin grandes campañas publicitarias y con más de un siglo de historia, la cerveza Nochebuena se ha convertido en un ritual anticipado que marca el inicio no oficial de la temporada navideña en México.

Para muchos hogares mexicanos, la Navidad no comienza con el encendido del árbol ni con los villancicos, sino cuando la cerveza Nochebuena aparece en los anaqueles del supermercado. Y eso ocurre, cada vez más, desde septiembre.

Luis, de 37 años y vecino de la Ciudad de México, lo tiene claro: "En mi casa no me perdonan si el 24 de diciembre no llevo una caja de Nochebuena".

La misma costumbre sigue Rodrigo, de 30 años, quien acostumbra regalarle algunas botellas a su suegra como parte del intercambio decembrino. Ambos coinciden en algo: nadie los convenció con publicidad.

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Una tradición que se adelanta al calendario

La creciente demanda de esta cerveza estacional ha llevado a su productora, Heineken, a adelantar su distribución varios meses antes de diciembre. De acuerdo con Alexa López, brand manager de Bohemia en Heineken, el fenómeno responde a una emoción colectiva.

"En supermercados sabemos que existe una anticipación emocional por la Navidad. Nochebuena entiende ese deseo y por eso se coloca durante más meses del año, a partir de agosto o septiembre".

Aunque su nombre remite directamente a diciembre, el consumo de Nochebuena se ha consolidado como el más alto entre septiembre y diciembre, marcando un patrón que rompe con la lógica tradicional de los productos estacionales.

De regalo familiar a ícono cultural

La historia de Nochebuena se remonta a 1924, cuando fue creada como una "reserva de la casa" dentro del portafolio premium de Bohemia. En sus inicios, su producción estaba destinada únicamente a amigos y familiares durante la temporada invernal.

Sin embargo, su aceptación fue tal que pronto pasó de ser un obsequio privado a un producto comercial. Hoy, más de 100 años después, es considerada la joya estacional de la familia Bohemia.

"Es el sabor icónico de la temporada y la variante más esperada del año", señaló López, quien destacó que, pese a que las nuevas generaciones consumen menos alcohol, la marca no ha sufrido una caída significativa en su demanda.

Tradición vs nuevas tendencias de consumo

Mientras muchas marcas luchan por mantenerse vigentes entre consumidores más jóvenes, Nochebuena conserva su fuerza gracias a un arraigo cultural que se transmite de generación en generación.

"Año con año proyectamos crecimientos importantes. Es una marca con tradición, pero también con demanda creciente", afirmó la ejecutiva de Heineken.

De cara a 2026, la empresa planea reforzar su segmento premium y apostar por experiencias sensoriales que conecten con los consumidores más allá del producto.

"La experiencia es nuestro mayor aliado para acercar el portafolio a las personas", subrayó López.

Marketing más exigente rumbo a 2026

Este fenómeno ocurre en un contexto donde el marketing atraviesa una transformación profunda. Para David González Natal, socio y director general Región Norte de América Latina de la agencia Llorente y Cuenca (LLYC), el panorama será más complejo que nunca.

"El marketing en 2026 se moverá en un terreno mucho más exigente", afirmó. La razón: una audiencia más informada, menos tolerante a discursos vacíos y un entorno atravesado por la inteligencia artificial.

Según el especialista, la IA dejará de ser una herramienta táctica para convertirse en el nuevo sistema operativo del marketing, obligando a las marcas a pensar no solo en personas, sino también en algoritmos.

A esto se sumará una mayor regulación especialmente en el marketing de influencers y una evolución en el uso de medios pagados, donde el foco estará en invertir mejor, no más.

Cuando una marca no necesita anunciarse

En medio de estos cambios, el caso de la cerveza Nochebuena destaca como una excepción: una marca que no necesita gritar para ser escuchada, que no depende de campañas agresivas y que sigue conquistando consumidores gracias a la memoria colectiva.

Así, mientras el marketing del futuro se debate entre datos, algoritmos y experiencias inmersivas, en muchos hogares mexicanos la Navidad seguirá empezando igual: con una cerveza oscura, fría y servida mucho antes de diciembre.