Sinaloa | 05/02/2016 | Ernesto Torres
Badiraguato, Sin.- Como en años anteriores, niños de comunidades enclavadas en la sierra de Badiraguato recibieron una dotación de dulces por parte de jóvenes altruistas, que llevan sonrisas a lugares apropiados por la pobreza y el abandono por las autoridades.
La travesía para llevar sonrisas a cientos de niños inició muy temprano este sábado 30 de abril; el reportero de Fórmula/Luz Noticias tomó camino para la entrega de dulces junto a un grupo de jóvenes encabezados por Christian Ulises Pérez, Presidente de la Fundación Sumando Esfuerzos por Sinaloa, quien aseguró que no es fácil, pero que cuando se quiere ayudar se puede lograr.
“Hace varios años que trabajamos en ayudar a los niños y a las familias más necesitadas, no es algo sencillo y fácil, sino de gestiones y apoyos, estamos siempre buscando contribuciones de amigos, familiares, empresarios, que nos apoyen con algo económico... pero esta labor también la hago con recursos por el municipio de Badiraguato…recorriendo varias comunidades, entregamos dulces y hemos apoyado con cemento, despensas. Esto se trata de una labor, me apasiona y, desde que inicié, hago todo lo posible para que lo que es Navidad y Día del Niño poderles traer a un regalito a los niños para generar una sonrisa en la niñez de Badiraguato”, manifestó Christian Pérez.
Motivado por favorecer a los que menos tienen, el joven altruista narró cómo vivió su niñez en Los Sitios, Badiraguato, donde creció rodeado de carencias, mismas que a todas luces se miran al pasar pobladores de las comunidades alteñas.
La primera entrega fue en La Ciénaga de los Lara, donde las sonrisas eran indescriptibles, los rostros de los pequeños con sonrisas permanentes dan cuenta de la pobreza y la marginación con la que se puede vivir, pero también de la ilusión y los sueños, que a veces por el rezago social terminan truncados.
Como el de Bryan, a quien le gustaría ser piloto, pero asegura que si no será pescador como su papá.
O como María Lorelia, de La Guásima, quien aún no sabe qué quiere ser de grande, o como Key Yareli, que quiere ser doctora porque dice que ya no quiere ver a su tío enfermo.
"Los rostros de los niños que esperan su regalo son el mejor pago que uno tiene", expresó el Presidente de la fundación, mientras recorría las comunidades de El Palmar de los Ríos, Tameapa, La Cieneguilla y El Barril.
Algo en común tienen las comunidades a donde se llevaron sonrisas y el mensaje de ser mejores personas: viven con el estigma social de que no necesitan ayuda y, al mismo tiempo, exponen la necesidad a los ojos de todos, menos la autoridad municipal.
Son niños a los que la tecnología no les ha llegado, los dulces y juguetes son escasos, y los sueños quizá se vean empañados por sus carencias y las muchas dificultades de sus padres para recibir ingresos económicos; sin embargo, como dijo Christian Pé