Sinaloa | 12/01/2021 01:30:00 p. m. | Dilan Gómez
Cerca de 15 patrullas, con más de 60 elementos de Policía Municipal, Policía Estatal y Policía de Investigación, arribaron esta mañana a la Invasión San Jorge en Mazatlán para desalojar a las más de 250 familias que desde hace más de 3 años viven ahí, pues explicaron, un juez le dio la resolución definitiva al dueño quien busca recuperar sus terrenos.
Las familias se propusieron no caer sin pelear, por lo que atravesaron carros en las entradas de las calles para que las patrullas y los camiones de mudanza no pasaran. Sumado al bloqueo de la vialidad, también se armaron de palos y piedras, dispuestos a enfrentar a la autoridad para defender el terreno que consideran, es suyo.
Los ánimos se empezaron a calentar, pues se retaban entre ellos y sólo faltaba una gota que derramara el vaso, y esa fue la llegada del licenciado defensor de los vecinos, Jesús de Mejía García, quien ya era esperado por los apoderados, quienes le mostraron documentos oficiales firmados por un juez, en donde se les permitía desalojar a las personas gracias a una sentencia definitiva.
Es por ello que las personas se alebrestaron y comenzaron los empujones, lo que trajo como consecuencia la detención de dos personas, un hombre y una mujer, bajo el cargo de alterar el orden según un comandante de la policía. El llevarlos detenidos no fue fácil, pues hubo golpes, empujones y demás.
Asimismo, dos mujeres se desmayaron en medio de los empujones luego de ver que estaban a punto de ser sacados de sus hogares, por lo que tuvieron que ser atendidos por paramédicos de Cruz Roja que llegaron al lugar, aunque fueron los mismos policías los que brindaron una primera atención.
Un pequeño, armado con un palo, se interpuso ante una patrulla de la Policía de Investigación, y aunque esta le dio varios empujones, el niño se negaba a quitarse, pues gritaba que si lo hacía, iba a perder su hogar, por lo que su familia llegó a abrazarlo frente a la patrulla y no se quitaron por al menos una hora.
Ya con los ánimos más tranquilos, las más de 250 familias comenzaron a caer en cuenta que estaban a punto de irse a la calle, por lo que entre ellos se daban apoyo. Unos lloraban y otros de plano se resignaron y abrieron sus puertas de madera para comenzar el desalojo.
Serán cerca de mil personas las que no tendrán techo donde dormir este miércoles, pues el terreno que pensaban tenían ya en su poder, se les escapó como agua entre las manos.