Mi gato murió y me tatué con sus cenizas: ¿Te animarías a llevar a tu difunto en la piel?

06/22/2024 03:17:00 p. m.

Fue en junio de 2019 cuando una pequeña bola de pelos negros y ojos brillantes llegó a la vida de está reportera, en ese entonces, deseaba con todo su corazón un gato, pero no tenía idea de la fuerte conexión que nos uniría hasta después de la muerte. 

Esta nota está basada en una historia personal y por ello, como periodista me tomaré la libertad de hablar en primera persona, con el permiso de todos los lectores y radio escuchas de Luz Noticias. 


Desde muy pequeña siempre me han gustado mucho los animales, lugar donde había perros o gatos, era garantía que yo estaría ahí jugando con ellos; sin embargo, mi mamá decía que yo despertaba en las madrugadas gritando ¡el gato me quiere aruñar! y por eso nunca me dejó tener uno de mascota.

Cuando tomé la decisión de irme a vivir sola finalmente pude cumplir mi sueño, «Yoru» como lo bautice, por su pelaje negro azabache y sus ojos amarillos brillantes, me acompañó en esa nueva aventura, fuimos cómplices, en las buenas y en las malas, hasta que en junio del 2023 noté algo extraño en él, rápidamente lo llevé al veterinario, lo internaron por problemas urinarios y tristemente el 16 de junio del 2023 lo perdí.

Todos los que son amantes de los animales no me dejarán mentir, el dolor al perder a tú mascota es indescriptible, hay un vacío, un silencio que se torna ensordecedor.

«Yoru» fue cremado y sus cenizas descansan a un lado de mi cama, donde él siempre se recostaba.


Juntos para siempre

En su primer aniversario luctuoso decidí que quería llevarlo siempre conmigo, pero no solo su imagen, si no literalmente a él, entonces acudí a tatuarme su rostro en mi brazo izquierdo con la mezcla de la tinta y sus cenizas, ¡No es broma! Claro que es posible.

El proceso es muy seguro y como el de cualquier otro tatuaje, solo se le agrega una mínima fracción de las cenizas y se mezcla muy bien con la tinta.

Este tipo de tatuajes no son muy comunes en Sinaloa, pues incluso la cremación en sí no suele ser muy solicitada.

Asimismo, para llevar a cabo este tipo de tatuajes se debe acudir a un tatuador ampliamente profesional, pues hay algunas cenizas que no son lo suficientemente finas para disolverse por completo en la tinta.

Este tatuaje memorial no es solo un homenaje a «Yoru», sino también una forma de llevar siempre conmigo su esencia. Para aquellos que han experimentado la pérdida de una mascota, un tatuaje memorial puede ofrecer un consuelo único y duradero. 

El vínculo con «Yoru» sigue vivo a través de este tatuaje. Aunque el dolor de su pérdida nunca desaparecerá por completo, tener su imagen y sus cenizas en la piel es una forma de recordar que seguirá acompañándome, ahora y siempre.

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