09/23/2024 11:38:00 a. m.
En la colonia Gaviotas del puerto de Mazatlán se encuentra uno de los sitios más emblemáticos para los fieles católicos, la Casa del Niño Dios.
Este lugar, aunque sencillo y apartado, ha sido durante décadas un punto de peregrinaje para aquellos que buscan consuelo espiritual, milagros y paz.
En el corazón de este hogar se encuentra una escultura del Niño Dios, conocida por sus devotos como una de las más milagrosas de la región, desde hace tiempo, los creyentes han acudido a esta casa, llevando ofrendas, oraciones y plegarias en busca de favores divinos.
A lo largo de los años, la fe en los milagros atribuidos a esta imagen ha atraído tanto a los residentes locales como a visitantes de otras partes del estado.
Una de las tradiciones más entrañables de este lugar que marcó a muchos de sus visitantes, era que la anterior dueña de la casa, en un gesto de amor y generosidad, solía regalar un juguete a los niños que acompañaban a sus padres a ver al Niño Dios, este detalle reforzaba la creencia en la bondad y el poder espiritual del lugar.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la casa ha comenzado a mostrar señales de abandono, la falta de mantenimiento y el deterioro son evidentes, y hoy en día el hogar luce descuidado y vacío.
A pesar de ello, la devoción de los fieles no ha disminuido del todo, y las visitas continúan, a la entrada de la casa aún se puede ver un letrero que indica los horarios en los que está permitida la entrada, manteniendo viva la tradición de oración y ofrendas.
Este lugar, aunque silencioso, sigue siendo un testimonio de las historias reales y de fe que nutren al puerto de Mazatlán, y que permanecen en la memoria de los mazatlecos.