09/26/2024 01:09:00 p. m.
Con el levantamiento de la veda de camarón previsto para el 17 de octubre, los armadores de Sinaloa enfrentan serios desafíos económicos para salir a pescar.
Entre los principales obstáculos se encuentran los precios deprimidos en el mercado del camarón y el alto costo del combustible, factores que han desalentado a muchos a prepararse para la temporada.
Carlos Sotelo Monge, presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras de Altamar en Topolobampo, detalló los elevados costos que implica alistar un barco para la pesca de camarón, pues solo en combustible se necesita una inversión muy alta y a esto se le suman reparaciones, refrigeración, pago de personal y permisos.
"Para una pesca continua de 22 a 24 días, un barco requiere alrededor de 30 mil litros de diésel, lo que representa más de 700 mil pesos de puro combustible", explicó.
Pero el diésel no es el único gasto que los armadores deben cubrir. El mantenimiento general de un barco, incluyendo servicios de varadero, refrigeración y reparación de maquinaria, puede elevar el costo total a más de 2 millones de pesos.
"El varadero y los servicios básicos cuestan alrededor de 150 mil pesos, pero si una máquina necesita reparación o si el barco requiere ajustes adicionales, el costo puede fácilmente llegar a los 2 millones", agregó.
Además del aspecto financiero, los trámites burocráticos también han complicado la salida de los barcos. Se requiere que capitanía de puerto de el visto bueno para los despachos de salida, ya que persisten detalles documentales que deben resolverse antes de otorgar los permisos necesarios.
Los impuestos al costo del combustible representan aproximadamente el 50% del precio del diésel, lo que limita la capacidad de los armadores para financiar sus operaciones. Este factor, sumado a los bajos precios del camarón en el mercado, ha generado dudas sobre si los pescadores podrán salir a capturar el crustáceo este año.
La industria pesquera de Sinaloa sigue buscando soluciones para enfrentar esta difícil temporada, en espera de que se generen condiciones más favorables tanto en el mercado como en la regulación de los costos operativos.