Sangre de pato, alimento de pescadores náufragos de Guasave

Los Mochis, Sin.- Si no me dolieran tanto las piernas por las quemaduras ya estuviera en el mar de nuevo, dijo Carlos Saúl Valenzuela Rojo, uno de los tres pescadores que naufragaron en las aguas del Golfo de California y que por fortuna fueron rescatados por otros hombres del mar, cinco días después en Las Playitas, ubicada cerca del puerto de Guaymas, Sonora. 

Con visible dolor, cansancio y aún sorprendido por lo que atravesó cuando intentaban llegar a Yavaros, Sonora, en busca de camarón; Carlos cuenta que el accidente fue por necios, porque sabían que había mal tiempo, pero decidieron irse a buscar el sustento para sus familias, en quienes siempre pensó para tener fuerzas.

Recuerda que las olas llegaban a más de 10 metros de altura, y que fue ahí cuando supo que la travesía se iba complicar, pero nunca pensó la marejada voltearía la panga, y que de este modo quedarían a la deriva y a la su suerte, luchando contra el viento por el mal tiempo y aferrados a la esperanza de ser rescatados.

El pescador recuerda que en una ocasión miró en televisión que unos náufragos comieron pelícano para sobrevivir, pero que nunca pensó que le tocaría hacer algo similar, cuando no tenían muchas fuerzas, y el hambre y la sed se apoderaba de ellos, llegó un pato y se paró en la panga, mismo que mataron para beber la sangre, pues asegura que ya sentían la garganta seca.

Dice que siempre que sale a marea y regresa al Campo Pesquero de El Cerro Cabezón, agradece a Dios, pero que en esta ocasión, cuando fueron rescatados e iban al puerto de Guaymas, se queda sin palabras, pues siente que dará gracias es poco para la emoción que siente.

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