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«Salió a comprar un pan dulce y no regresó»; buscan a Carlos en Mazatlán; salió de su casa en Durango
Con la bendición de Dios, Guadalupe Lara Hernández llegó a la ciudad de Mazatlán para buscar a su hijo que desapareció el pasado 23 de mayo.
Buscan a Carlos en Mazatlán. FOTO: Luz Noticias
Con gran desesperación y mucha fe, Guadalupe Lara Hernández llegó al puerto de Mazatlán en busca de su hijo Carlos Flores Lara de tan solo 20 años de edad, y quién sufre Discapacidad Permanente Intelectual.
La madre del joven relata que Carlos salió de su domicilio en el estado vecino de Durango el pasado 23 de mayo, pidió permiso para ir a comprar un pan dulce; después de casi dos meses aún no regresa a su hogar y tampoco se sabe nada de él.
Ante los medios de comunicación, la señora Guadalupe explicó que de acuerdo a la información que a ella le han brindado, a Carlos se le vio acostado en una banca en Villa San Agustín, Durango, pero cuando llegó su familia y la autoridad a buscarlo él ya no estaba.
«De mi casa él salió a las 3:00 de la tarde, mi muchacha de 16 años me avisa que Carlos salió corriendo descalzo, desde ese día no he sabido nada de él, él se llama Carlos Guadalupe Flores Lara. Carlos tiene 20 años, él tiene retraso mental y desapareció el 23 de mayo, a mi hija no le dijo a dónde iba, él solo pidió permiso para ir a comprar un pan dulce», expresó la madre de Carlos.
Le informaron que lo vieron camino a Mazatlán
Destaca que un trabajador de la caseta de Los Ángeles en Gómez Palacio, Durango le informó que él miró a Carlos y fue quien le consiguió «raite» al puerto de Mazatlán a las 2:00 de la madrugada, es por ello que Guadalupe ahora se encuentra en Mazatlán con su búsqueda imparable.
«Hay gente que viajó de Durango aquí a Mazatlán, y me dicen que lo vieron en primera caseta, y si es verdad porque esa persona de la caseta me dijo que él le consiguió un raite a las 2:00 de la mañana para Mazatlán», expresó.
No detiene su búsqueda
Guadalupe ahora se encuentra en Mazatlán entregando fotografías de su hijo, además pegando letreros en los postes, árboles, paredes y de más.
Además, asegura desconocer si aún conserva su empleo en Durango, ya que una vez que supo lo de su hijo, en su desesperación salió a Mazatlán sin pensar en nada, solamente en volver a ver a su niño, a Carlos.
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