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¿Qué fue de La Violeta? la tienda departamental ícono que fue moda en Los Mochis
El edificio ahora luce abandonado y es víctima constante de incendios y vandalismo en la ciudad.
FOTO: Luz Noticias.
El icónico edificio de la ciudad que albergaba la antigua tienda La Violeta, podría dejar de existir pronto tras ser víctima incendios y vandalismo, pero antes fue de las primeras tiendas más surtidas en al ciudad de Los Mochis.
La tienda, fue fundada por Don Ernesto Akachi, operó desde 1940 hasta 1990, convirtiéndose en una tradición en Los Mochis. Durante varias décadas, fue la mejor tienda departamental hasta su cierre hace ya algunas décadas.
De moda en su momento:
Su eslogan, «La Violeta, su casa de confianza», reflejaba la relación de fidelidad que los clientes tenían con este establecimiento. Muchas personas acostumbraban realizar sus compras en este sitio, mantiene un gran prestigio.
En La Violeta se podían encontrar diversos artículos, como útiles escolares, regalos y juguetes. En la actualidad, las tiendas departamentales en Los Mochis son recintos comerciales muy comunes que incluso pasan desapercibidos; sin embargo, en los años cincuenta, este modelo de negocio resultaba innovador.
En 1957, el migrante japonés Ernesto Akachi instaló sobre la avenida Gabriel Leyva «La Violeta», su casa de confianza», un concepto único en aquel entonces, que contaba con más de nueve departamentos donde era posible encontrar todo lo que se buscaba en un mismo lugar.
Historia:
- Según narran los adultos que les tocó ir de compras que ahí «encontrabas de todo», desde papelería, mercería, incluso en un principio tuvo hasta zapatería y telas, pero con el tiempo se fueron depurando algunas cosas, mencionan antiguos clientes.
Esta tienda se convirtió en toda una tradición y fue, por varias décadas, la mejor tienda departamental en donde muchas familias de la región acostumbraban realizar sus compras.
El éxito fue tal que, en un tiempo, se establecieron otras sucursales en diferentes puntos estratégicos en la misma ciudad de Los Mochis y de las cuales se hicieron cargo los hijos de Don Ernesto, las sucursales nuevas contaban con centros fotográficos, centro musical y La Violeta Bazar.
- Los mostradores eran elegantes, con una gran variedad de productos, que junto al excelente servicio cautivaron a la clientela, pero sobre todo, los precios que se mantenían fijos a pesar de la devaluación, misma que no fue posible sostener cuando llegó la competencia; las plazas comerciales modernas, entre ellas en sus inicios locales que ahora están abandonados y de las que aún operan está la plaza fiesta Las Palmas, las demás llegaron años después.
Hoy en día, el edificio de La Violeta luce vacío, abandonado y a punto de colapsar. Es guarida de vándalos y nido de vagos, e incluso ha sido víctima de incendios en por lo menos dos ocasiones, por lo que está cerrado en cada una de sus entradas.
Algunos sitios lucen sellados incluso, pues la memoria de lo que fue un referente comercial en Los Mochis se desdibuja, mientras su estructura se consume por el abandono y el tiempo.
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