07/22/2024 05:58:00 p. m.
En las ediciones recientes de los Juegos Olímpicos, las mujeres atletas mexicanas han logrado algunas de las hazañas más memorables en la historia deportiva del país. Desde los Juegos Olímpicos de 1968, su participación ha sido fundamental para engrosar el medallero de México, que actualmente suma 73 preseas.
Aunque la participación del Comité Olímpico Mexicano (COM) en el medallero oficial comenzó en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1932, la historia de las mujeres medallistas olímpicas comenzó más de 30 años después, cuando el fuego olímpico llegó a la capital del país en 1968.
A diferencia del debate sobre quién fue el primer medallista olímpico mexicano, hay certeza sobre quién fue la primera mujer mexicana en ganar una medalla en los Juegos Olímpicos. Se trata de María del Pilar Roldán, quien se destacó en la disciplina de esgrima, en la categoría de florete individual, obteniendo la medalla de plata en 1968.
Nacida en la Ciudad de México en 1939, María del Pilar Roldán se subió al podio olímpico con un logro histórico, abriendo las puertas que habían estado cerradas para las mujeres en ediciones anteriores. Su hazaña inspiró a futuras generaciones de atletas mexicanas.
En los mismos Juegos Olímpicos de México 1968, Maritere Ramírez se convirtió en la segunda mujer mexicana en ganar una medalla olímpica. En su caso, el hito se logró en la competencia de 800 metros de natación, donde obtuvo la medalla de bronce. Ramírez compitió ferozmente, remontando en los últimos 50 metros para superar a su rival australiana, Karen Moras, y asegurar su lugar en el podio.
La espera por la primera medalla de oro obtenida por una mujer mexicana se prolongó hasta los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. En esa justa, Soraya Jiménez hizo historia al conquistar el primer lugar en halterofilia. Jiménez, con su logro, se convirtió en la primera y, hasta ahora, única mujer mexicana en ganar una medalla de oro en esta disciplina. Soraya falleció a los 35 años, dejando su récord intacto y su legado como un hito insuperable en la historia deportiva de México.
La participación de estas atletas no solo ha enriquecido el medallero mexicano, sino que también ha sido una fuente de inspiración y orgullo para las generaciones venideras. La Profeco destaca la importancia de estas mujeres en el deporte, subrayando que sus logros brindan certeza y seguridad a los consumidores del deporte, motivando a jóvenes atletas a seguir sus pasos y alcanzar nuevas alturas en las competencias olímpicas.
Mientras que María del Pilar Roldán y Maritere Ramírez abrieron camino con sus medallas en 1968, Soraya Jiménez elevó el estándar al obtener la primera medalla de oro femenina para México en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, cimentando su lugar en la historia del deporte mexicano.