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Mitos y leyendas que rodean a la Cueva del Diablo en Mazatlán
Uno de los destinos turísticos más visitados debido a su misticismo y a las leyendas que la rodean.
La cueva del diablo es uno de los atractivos turísticos más famosos en Mazatlán. FOTO: Luz Noticias
Ubicada en el Paseo Claussen, en Olas Altas, frente a la Glorieta Sánchez Taboada, la Cueva del Diablo es uno de los atractivos turísticos más emblemáticos de Mazatlán. Su misticismo y las leyendas que la rodean, hacen que decenas de miles de turistas se tomen un tiempo para visitar la icónica cueva.
Desde que era usada para rituales satánicos hasta que se aparecía el mismísimo Lucifer, los mitos y leyendas que rodean a esta famosa cueva cada vez se expanden más y más, pasando de generación en generación, incrementando la curiosidad de la gente.
La leyenda más famosa
Una de las leyendas urbanas más sonadas entre los mazatlecos es la de que, durante un carnaval hace muchos años, dos jóvenes turistas fueron atraídas hasta el fondo de la cueva por un hombre elegante y atractivo. Se dice que las mujeres entraron y que ya nunca volvieron a salir, pues ese hombre era Lucifer.
Otras leyendas
- Dentro de la cueva se hacían rituales satánicos.
- Por ahí pasaba un tren misterioso.
- Los piratas usaban la cueva para guardar sus tesoros.
- Se ve una luz roja desde dentro de la cueva, pareciendo unos ojos malvados.
- El diablo vive ahí y cada cierto tiempo sale a «dar la vuelta».
La verdad
La única información oficial es que la cueva sirvió como un depósito de dinamita cuando estaba en construcción el Paseo Olas Altas. El olor a azufre y a «fuego», también contribuyó a que se le apodara como la Cueva del Diablo.
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