La Virgen de la Puntilla: La guardiana que cuida a Mazatlán de los huracanes

Mazatlán, una ciudad costera situada en el estado de Sinaloa, no solo es conocida por sus playas, su vida nocturna, o sus atractivos turísticos, sino también por una figura protectora que se ha convertido en un símbolo de fe y esperanza para sus habitantes, se trata de la Virgen de la Puntilla.

Mirando hacia el Océano Pacífico, la Virgen de la Puntilla llegó a Mazatlán en el año 1975, después del huracán Olivia, considerado como el más terrible y devastador que ha tocado el puerto. 

Desde entonces, la Virgen María del Mar, como también se le conoce, ha sido una figura simbólica reverenciada por cientos de mazatlecos, ya que por muchos considerada la guardiana de los pescadores que los bendice en sus viajes, y la responsable de «defender» a Mazatlán de los huracanes.

Cada vez que se pronostica la llegada de una tormenta o un huracán, los mazatlecos creyentes o no, siempre en algún momento acuden a la Virgen de la Puntilla. 

Con fervor y esperanza, le llevan presentes como arreglos florales y rosarios, y muchos se arrodillan a sus pies para rezar, suplicando protección. 

Las flores que cercan a la Virgen son cuidadosamente mantenidas; cuando se marchitan, las mismas familias que las colocaron vuelven a reemplazarlas; además, en su altar se pueden ver fotografías con nombre de pescadores que perdieron la vida en el mar, llevadas por sus seres queridos como ofrendas y recordatorios.

Cabe destacar que cada inicio de temporada de pesca de camarón, los familiares de los pescadores también acuden a la Virgen, buscando su bendición y protección para una temporada segura y fructífera. 

Este acto de fe colectiva es un espectáculo conmovedor, que demuestra la profunda conexión entre la comunidad y su protectora celestial.

La Virgen de la Puntilla fue gestionada por el primer obispo de Mazatlán, Miguel García franco en 1972, y tres años después, fue colocada por la comunidad de pescadores con ayuda de la diócesis de Mazatlán, aprovechando una remodelación de las áreas del recinto, particularmente en la explanada de la zona. 

 Este esfuerzo conjunto reforzó el sentido de pertenencia y devoción hacia esta figura, la virgen, haciendo que su presencia en la puntilla del puerto sea aún más significativa.

Los relatos de los habitantes de Mazatlán están llenos de historias que atribuyen la desviación o debilitamiento de huracanes a la intervención de la Virgen de la Puntilla. 

Estas historias han pasado de generación en generación, fortaleciendo la devoción y la confianza en su capacidad para proteger la ciudad, incluso en los años más difíciles, cuando las tormentas parecen imparables, los mazatlecos encuentran consuelo en su fe.

Más allá de su rol como protectora, la Virgen de la Puntilla es también un símbolo cultural y espiritual, ya que su imagen también aparece en murales, altares caseros, llaveros, y eventos religiosos a lo largo del año. 

Durante las festividades locales, se organizan procesiones y ceremonias en su honor, reforzando el sentido de comunidad y tradición, ya que para los mazatlecos, la Virgen de la Puntilla es mucho más que una figura religiosa; es un faro de esperanza en tiempos de incertidumbre.

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