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La Fonda de Chalio, ¿por qué este restaurante es tan buscado por la clase política?

Ha sido visitado hasta por la próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum; incluso, existe una leyenda sobre quién pagó la cuenta ese día.

Mayhan Barraza
11/07/24

La Fonda de Chalio, ¿por qué este restaurante es tan buscado por la clase política?

FOTO: Cortesía.

Mazatlán es una ciudad conocida no solo por sus hermosas playas, sino también por su vasta gastronomía y sobre todo por el sinfín de restaurantes que abundan por toda la ciudad, especialmente en el área costera. 

Uno de estos lugares es la Fonda de Chalio, ubicada frente al área de Olas Altas de Mazatlán; desde este restaurante se puede observar el mar, pero, ¿por qué es el favorito de los políticos?

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A los políticos les interesa este restaurante en Olas Altas, Mazatlán, por varias razones. 

En primer lugar, Olas Altas es una zona popular y turística, lo que proporciona una gran visibilidad y afluencia de personas, un restaurante aquí podría ser un lugar ideal para encuentros formales e informales y para el networking.

Así que, un restaurante en una ubicación tan atractiva podría ser un punto de reunión tanto para locales como para visitantes, lo que puede ser beneficioso para la imagen pública de los políticos. 

Estas razones pueden hacer que un restaurante en Olas Altas, Mazatlán, sea una opción atractiva para políticos que buscan una combinación de visibilidad, ambiente y oportunidades de networking.

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La Fonda de Chalio es tan popular entre los políticos, que hasta Claudia Sheinbaum Pardo, la próxima Presidenta de la República, durante una visita que realizó en Mazatlán acudió a desayunar a este lugar acompañada del Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y el Alcalde de Mazatlán, Édgar Augusto González Zataráin.

¿Se fueron sin pagar?

Existe una leyenda urbana sobre la Fonda de Chalio en Mazatlán que involucra la visita de Claudia Sheinbaum, pues se dice que, durante el desayuno en ese lugar, hubo confusión sobre quién pagó la cuenta. 

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Según la anécdota, después de disfrutar de su comida, Sheinbaum y el gobernador se levantaron y salieron del establecimiento sin que ninguno de los dos pagara la cuenta.

Esta historia ha circulado en redes sociales; sin embargo, como muchas leyendas urbanas, su veracidad es cuestionable y se basa más en rumores que en hechos confirmados.

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